Te valiste de un cigarrillo para inhalar este turbio mundo,
intacto aspiraste el humo y lo enredaste en una hoja,
bajo un rodillo, con tus ágiles dedos huesudos,
sutiles, inspirados, galopantes,
nos dejaste esas prosas y cuentos
sutiles, mudos, inspirantes,
y esas personas marginales, excluidas, olvidadas,
con esa insignia de la soledad en la solapa
llenos de arrebatos e ilusiones destrozadas,
vidas angustiosas y grises
todas sosas, infelices
como la de Arístides,
o Memo García,
o Ludo Tótem, o Fabiola.
Luciano y su viejo,
Aníbal en el sótano,
Fénix y el enano y el oso.
O Roberto Delmar,
Efraín y Enrique,
y Silvio en el Rosedal.
O el negro alienado
Roberto López
o Monsieur Baruch,
y Ramón y Eusebio.
Y de todos esos seres sin nombre
atormentados de su existencia
en fin de todos,
con ese hálito negado,
excluídos del festín de la vida,
podiste modular
con esas historias tan sublevantes,
sus anhelos,
sus arrebatos
y sus angustias
Autor: JORGE ANTON
Gracias por publicar mi "poema", aunque no creo que sea tan bueno.
ResponderEliminarSaludos Cordiales.
A mi opinón es un buen poema.
ResponderEliminarAbrazos.
Gio.